miércoles, 11 de octubre de 2017

Spotify, bendición o maldición?

Desde que las plataformas digitales de música salieron a la luz, la vida de los que amamos la música cambió radicalmente. Ahora, con simplemente tocar las pantallas de nuestros teléfonos, tablets, o un click de las computadoras, podemos acceder a cualquier cantidad de música, distinta en géneros, idiomas, estilos, y más. Ahora bien, aunque esto es hasta abrumador también encuentro que ha cambiado la experiencia que antes vivíamos al ir a una tienda a comprar discos, no sin antes tomarnos el tiempo de ver el arte del álbum, escuchar un poco de este en los reproductores que tenían disponibles, y otras sensaciones que quizá para las nuevas generaciones pueden parecer anticuadas y obsoletas. Puede que tengan razón, pero eso también era una experiencia que sumaba a la emoción de conseguir un disco o cassette nuevo. Es cierto, la última vez que compré un disco fue el año pasado, en diciembre. Fueron dos, el clásico Jagged Little Pill de Alanis Morissette y un disco de Jack Johnson, que para mi mala suerte, me los robaron dos meses después cuando unos ladrones abrieron mi carro para sacar mis discos, un celular y mi laptop. (sí, a veces escucho mis discos y hasta cassettes en el carro). Esa experiencia me dejó con un mal sabor y sin ganas de seguir invirtiendo en música. Pero bueno, no vengo a negar que soy fan de spotify o de las otras plataformas de música en línea, pero me parecía interesante reflexionar sobre cómo la industria y la forma de consumir música está cambiando y lo que nos depara el futuro. Siempre existirán los que nos gusta el sonido de antaño, o las modas de antes, hipsters les llaman ahora, y a las cosas viejas les dicen vintage, pero bien, mientras la música siga existiendo, habrá simplemente que seguir adaptándose y admirando las millones de opciones que a diario nos presentan estas plataformas.

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